Diseñadora industrial de la Universidad del Desarrollo, artista visual autodidacta, desde siempre se relacionó con el arte a través de su madre que es escultora e influenciada por la obra de Matilde Pérez de quien se declara admiradora.

Su primera exposición individual que incluyó 21 obras en la Galería Tránsito, fue recibida con una muy buena crítica de la presa especializada, que destacó su nivel de calidad sostenido en sus grabados intervenidos, sus serigrafías sobra grabado, sus pinturas sobre tela y sus acrílicos sobre papel.

Destacaron la solidez y madurez de sus obras, su riqueza formal, su dinamismo permanente, su factura perfecta y delicadeza de sus superposiciones de elementos.